
El poema escarcea
se esconde, de desliza
se cuela en el resquicio
por donde mana el agua.
Ecuación encubierta
en circunvoluciones.
Explosión insondable
de genio iluminado.
2008.-
Caminaba por el borde del abismo
como el mejor de los equilibristas
y soñaba con ser luna y amapola
y se dormía en la cumbre de la nada.
En las dunas desiertas de su cama
anidó alguna vez una ternura
que se secó por falta de cariño
y se murió aturdida de silencios.
Yo lo recuerdo con sus ojos húmedos
cerrados en la sombra de la noche
llorando un llanto seco y tembloroso
tratando de olvidar su nombre.
2008.-
No te extraño...
Disfruto tu recuerdo renovado.
Cada encuentro, principio y fin...
Y un continuo permanente, inalterable...
Salto las vallas, vadeo los ríos,
me zambullo en abismos,
para verte detrás de la muralla,
que vas construyendo cada día.
Y que tu piel desmiente
Y que tu piel derrumba
por fugaces segundos,
hasta que viene el miedo.
Yo, como el Principito
que espera por el Zorro,
tiernamente te miro
revolcarte en la duda.
2004.-
Desolación...
Desolación y dolor
Tristeza y desolación
dolor y tristeza
Desolación
Falta aire
no alcanza...
Respirar profundo
y no poder...
boquear y no poder
Desolación
Imágenes grabadas a fuego
en las retinas, en la memoria.
Golpe en el plexo solar
se quiebra el esternón
se clava una hoja afilada
justo ahí, donde te tengo.
Desolación
Ausencia
Lejanía
Dolor . . . .
2004.-
Ya nunca un manantial recóndito
recorrerá tus oscuras entrañas.
Ya nunca... aquella luz rojiza, vigilante,
coronará tu cúspide.
Ya nunca aquella blanca espuma
ha de borrar las huellas del pecado...
Ya nunca, tu rumor turbulento
romperá el silencio de la noche.
Te fuiste y yo te extraño
cuatrocientas razones de peso, nos separan.
2003.-
No se si este verano ... o fuiste vos?
quien me puso la piel en estado de alerta.
Y blanquean jazmines en mi boca
y me tiemblan las manos... sin tocarte.
Cuando escucho tu voz, una paloma
se estremece en mi pecho...
atolondrada...
Quiero verte, que existas, que camines
por mi topografía con tu ojos
Siento en la piel un aire, constante,
permanente, de dulzura...
Saber que estás tan cerca...
presentir tu temblor y estremecerme
esperando un gesto tuyo de ternura.
2002.-
Yo amo a un hombre duro.
Un hombre que tropieza, se cae,
se lastima y, solo, se levanta.
Y con los ojos limpios
mira para adelante.
Yo amo a un hombre entero
con un dolor profundo
de millones de siglos
en el fondo de su alma.
Ese dolor absurdo,
constante, insoslayable,
de vivir a trasmano.
Yo amo a un hombre hermoso,
su ternura me sume, me tiende,
me acorrala, en un letargo dulce
de palomas dormidas.
Yo amo a un hombre que a veces,
huye de mi y del mundo.
Me esfuerzo en alcanzarlo
y desgarro mis manos
en un intento inútil.
Yo amo a un hombre de veras
y lo perdí una noche, sin tiempo,
sin espacio, sin dolor y sin gloria.
Sus manos aun me encienden la piel,
cuando, en mi insomnio,
sueño con abrazarlo.
1998.-
Y mañana...
Cuando ya no tengamos
el dolor en el pecho
ni este amor en el alma,
tal vez me veas pasar
con la mirada ausente,
perdida para siempre
en un punto invisible
justo atrás de tus ojos.
Y serás una sombra,
solamente una sombra.
Y seré solamente,
la sombra de tu sombra.
1997.-
Vivo con un león viejo y mañoso.
Es emocionante, intenso, electrizante.
El día en que me comió la mano,
pensé que era un accidente;
pero cuando devoró mi pie,
empecé a preocuparme.
Nunca sé si voy a amanecer.
El miedo me hace andar en silencio
para no despertarlo.
Ya ni puedo cantar.
Para no despertarlo.
Su jaula está siempre abierta para mí,
pero por un extraño embrujo no puedo escapar.
Hoy me arrancó el corazón
y lo masticó un rato… antes de escupirlo.
Le faltan algunos dientes
y fue demasiado para él.
1997.-
Caléndulas, madréporas
pérgolas luminiscentes.
Esdrújulos portentos
de los megalomedios.
Ángeles cayendo de cabeza
en oscuros huecos de letrina.
Cabezas ciclópeas aplastadas
ojos colgando de costillas rotas.
Puños y botas que matan y condenan
la blandura fetal desprotegida.
Truculencia, reino del espanto,
mentira, falsedad, mirada huidiza.
Caléndulas, supurantes pústulas,
apretujadas miríadas de estrellas
en la lumbrera que atisbó tu muerte
Omar Carrasco, tu solitaria tumba.
1995.-
Soy un ENTE. Soy un gran cuerpo informe con miles de cabezas sin peso, sin sustancia. A mí me invocan siempre desde todos los palcos y banderas. Soy la conciencia intangible de miles ( de millones, quizás ), pero soy inasible y a veces siento que, poco a poco, me voy desvaneciendo. Cuando me borran de un plumazo, por decreto. Cuando me niegan y condenan al son del redoblante y a paso redoblado. Cuando me descuartizan buscando separar lo negro de lo blanco, lo fútil de lo eterno, lo bueno de lo malo. Soy un montón de sueños incumplidos, miles de niños nunca concebidos, miles de amores imposibles y truncados, la fantasía de viudas, solteronas y equivo-casadas, la crema y nata de la ideología, la generación que hoy gobernaría a este pobre país desmemoriado. Soy, y somos, y fuimos, y seremos el ideal llevado a la inconsciencia, la violencia que responde a
Soy un Ente, un fantasma. Nos reclaman y llaman LOS DESAPARECIDOS.
1995.-
¡Que atrevimiento! ¡Que insolencia! ¿Pero cómo se atreven a dirigirme semejantes agravios? ¡Insultar a MI madre! ¡Insultarme a MI! ¿Es que ni siquiera mi investidura les impone respeto y sumisión? Acaso mi poder, legítimo, incuestionable y absoluto... ¿No me fue otorgado democráticamente? ¿No fue, acaso, la voluntad de la mayoría poner su destino en mis manos? Pues entonces...¿Qué derecho les asiste para criticarme permanentemente? Si no son las Madres, son los jubilados. (Minorías insignificantes, por supuesto). Si no son los desocupados, son los estudiantes ( ¿Por qué no se dedican a estudiar ya que les doy la oportunidad, y dejan las protestas para los económicamente activos, que son los únicos ciudadanos de primera? ).
¿Y los medios? Ni hablar de los medios. Se van a hacer una fiesta con la noticia. Ya veo las primeras planas. Los uso, lo reconozco (Me halagan bastante y eso me gusta), pero con algunos ya no sé que hacer para pararles la mano. No se cansan de meterse en mi vida y la de mi familia, me condicionan, me limitan. Ni siquiera pude sufrir dignamente la muerte de mi hijo con millones de ojos pendientes de mí. Todavía no sé si lo he asimilado, pero no puedo mostrarme débil, soy la cabeza de este país. Soy fuerte, no puedo dar lugar a que me quiebren o me conmuevan con sentimentalismos de otras épocas, tengo que mantenerme firme e implacable, la realidad me lo demanda. Mi camino está trazado y nada se interpondrá para que llegue hasta el final. NADA. Es mi DESTINO y lo voy a consumar pese a quien pese Y CAIGA QUIEN CAIGA (Aunque los abrace sobre mi corazón).
1995.-
Era gris y marrón, casi de tierra. Para las ocasiones, azul (tierra bajo la lluvia). Era unos ojos tristes en el espejo de agua, entre el trapo rejilla y la plancha engrasada del churrasco. Eran las manos ásperas, calientes, coloradas y, a modo de manguito, el estropajo. Era el domingo a misa, la mujer en su casa, los ravioles de la vieja, la camisa planchada, los zapatos lustrados como espejos. Era, si, pero un día, refregando en la tabla el jean del mayorcito, descubrió la primera; y al día siguiente sacando telarañas, otras tres, y después otras diez cuando, para ducharse, se desnudó en el baño. Algunas rojas, otras amarillas, verdes, azules, livianas, suaves ( las plumas ), la cubrieron. Nadie la vio ( nadie la veía ). Después patas y pico, y de pronto, las alas. Aquella mañana en el balcón, parada en la baranda, animó un aleteo, y aprovechando una corriente cálida ascendente, levantó vuelo. Y se fue alejando suavemente, casi dulcemente, hasta perderse en la inmensidad fatal de su infortunio.
1995.-
Me excedí, reconozco
(suelo excederme, a veces)
No se a que atribuirlo.
¿Hormonas o pasión?
La vehemencia me atrapa.
La impaciencia me mata.
¿Es justificativo?
¿O solo explicación?
Es que quiero abrazarte,
perderme entre tus labios,
darte mi corazón
de par en par abierto.
Que nuestras almas, juntas,
se encuentren sin temor.
Poder librarme entonces
del vicio de la rima
y decirte que te amo
sin mas complicación.
1994.-