miércoles, marzo 10, 2010

Esquizoide


¡Que atrevimiento! ¡Que insolencia! ¿Pero cómo se atreven a dirigirme semejantes agravios? ¡Insultar a MI madre! ¡Insultarme a MI! ¿Es que ni siquiera mi investidura les impone respeto y sumisión? Acaso mi poder, legítimo, incuestionable y absoluto... ¿No me fue otorgado democráticamente? ¿No fue, acaso, la voluntad de la mayoría poner su destino en mis manos? Pues entonces...¿Qué derecho les asiste para criticarme permanentemente? Si no son las Madres, son los jubilados. (Minorías insignificantes, por supuesto). Si no son los desocupados, son los estudiantes ( ¿Por qué no se dedican a estudiar ya que les doy la oportunidad, y dejan las protestas para los económicamente activos, que son los únicos ciudadanos de primera? ).

¿Y los medios? Ni hablar de los medios. Se van a hacer una fiesta con la noticia. Ya veo las primeras planas. Los uso, lo reconozco (Me halagan bastante y eso me gusta), pero con algunos ya no sé que hacer para pararles la mano. No se cansan de meterse en mi vida y la de mi familia, me condicionan, me limitan. Ni siquiera pude sufrir dignamente la muerte de mi hijo con millones de ojos pendientes de mí. Todavía no sé si lo he asimilado, pero no puedo mostrarme débil, soy la cabeza de este país. Soy fuerte, no puedo dar lugar a que me quiebren o me conmuevan con sentimentalismos de otras épocas, tengo que mantenerme firme e implacable, la realidad me lo demanda. Mi camino está trazado y nada se interpondrá para que llegue hasta el final. NADA. Es mi DESTINO y lo voy a consumar pese a quien pese Y CAIGA QUIEN CAIGA (Aunque los abrace sobre mi corazón).

1995.-

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