Y mañana...
Cuando ya no tengamos
el dolor en el pecho
ni este amor en el alma,
tal vez me veas pasar
con la mirada ausente,
perdida para siempre
en un punto invisible
justo atrás de tus ojos.
Y serás una sombra,
solamente una sombra.
Y seré solamente,
la sombra de tu sombra.
1997.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario