
No te extraño...
Disfruto tu recuerdo renovado.
Cada encuentro, principio y fin...
Y un continuo permanente, inalterable...
Salto las vallas, vadeo los ríos,
me zambullo en abismos,
para verte detrás de la muralla,
que vas construyendo cada día.
Y que tu piel desmiente
Y que tu piel derrumba
por fugaces segundos,
hasta que viene el miedo.
Yo, como el Principito
que espera por el Zorro,
tiernamente te miro
revolcarte en la duda.
2004.-
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